España bajó la guardia ante Croacia y complicó sobre manera su empeño por proclamarse campeón de la Eurocopa por tercera vez consecutiva.
Todo lo que podía salir mal a la Roja le salió mal el martes en Burdeos al sucumbir 2-1 ante Croacia: se dejó remontar el marcador, su capitán Sergio Ramos falló un penal y cedió el primer puesto del Grupo D.
El gol de Ivan Perisic a los 87 minutos decretó el final del invicto de 12 años de España en la Eurocopa, dejando la mesa servida a un partido para alquilar balcones en los octavos de final ante Italia.
En vez de jugar contra uno de los mejores terceros en los octavos de final, deberá batirse contra la Azzurra, cayendo en un sector del cuadro de la segunda etapa, en la que Alemania y Francia asoman más adelante en el horizonte.
El duelo contra Italia se llevará a cabo el lunes en el Stade de France, el reciento situado en los suburbios al norte de París. Se trata de una reedición la pasada final, ganada 4-0 por España en Kiev, Ucrania.
España no perdía en una Eurocopa desde el 1-0 que sufrió ante Portugal en la edición de 2004.
Tampoco había encajado goles desde el empate 1-1 contra Italia, en el partido inaugural en 2012. Llevaba 689 minutos sin que le anotasen, la racha más larga en la historia del certamen.