En aquel momento, no había forma de saber que el 30 de septiembre de 1972, un día como hoy, sería la última vez que Roberto Clemente entraría a la caja de bateo en un juego de temporada regular.
Tampoco era posible saber que el doble de Clemente en el cuarto inning contra Jon Matlack de los Mets sería su último imparable.
Dicho batazo fue el hit número 3,000 de la carrera de Clemente, convirtiendo al astro puertorriqueño, leyenda de los Piratas, en el primer latinoamericano en arribar a los 3,000 hits y el 11mo jugador en unirse a ese exclusivo club.
Y en 3,000 se quedó. El 31 de diciembre de 1972, el “Cometa de Carolina” falleció en un accidente aéreo mientras intentaba llevarle ayuda a los damnificados de un terremoto en Nicaragua.
