La tensión entre el español Fernando Alonso y la escudería McLaren escaló varios peldaños en el Gran Premio de Fórmula 1 de Japón, precisamente la casa de Honda, el origen del problema.
«Vergonzoso, muy vergonzoso», dijo Alonso por radio en plena carrera, incapaz de poder contener los ataques de los rivales. «Motor de GP2, motor de GP2», gritó el doble campeón del mundo criticando los propulsores de Honda.
Alonso, que terminó undécimo en el circuito de Suzuka, descargó así la frustración de una temporada para olvidar: siete abandonos, apenas 11 puntos sumados y múltiples fallos mecánicos.
El jefe de McLaren, Ron Dennis, no dudó en responder con tono severo a las críticas de Alonso. «No son muy constructivas cuando estás intentando crear una relación fuerte con Honda», explicó Dennis a la cadena BBC después de la carrera.
«Lo puedo entender, no es algo de una carrera», añadió el británico. «¿Lo justifico? No. ¿Me voy a disgustar? No. Voy a manejarlo a mi manera y mi manera no es hacerlo en público».
Todo fue muy diferente el 19 de enero en Woking, en la fábrica de McLaren. Sólo había sonrisas en la presentación del nuevo bólido, un coche que recuperaba una de las asociaciones históricas de la Fórmula 1, la que formaron a finales de los 80 y principios de los 90 McLaren y Honda con Alain Prost y Ayrton Senna al volante.
Horas más tarde, lamentó que su grito de «Motor de GP2» se hubiera hecho público. «A veces pinchan las radios, otras no, pero deberían ser cosas del equipo», escribió en su cuenta de Twitter, donde reiteró de nuevo el apoyo a McLaren y a Honda.
La temporada 2015 es posiblemente la más frustrante de Alonso, campeón del mundo en 2005 y 2006 y un hombre acostumbrado a estar peleando por las primeras posiciones en cada carrera.