Un juez impuso un plazo para que el ayuntamiento de Río de Janeiro y una constructora local decidan si están dispuestos a realizar cambios al diseño de un campo de golf que se utilizará en los Juegos Olímpicos de 2016.
La medida podría ayudar a que se alcance un arreglo en una disputa legal que ha puesto en duda si el campo quedará listo a tiempo.
El juez quiere saber si las partes llegan a un acuerdo para mudar “inmediatamente” de sitio tres hoyos del campo, y para rediseñar parte de éste a fin de abrirle espacio a un corredor que ayude a preservar una reserva natural. Ello constituye una exigencia presentada por los fiscales locales.
Los fiscales han demandado al gobierno de la ciudad y al constructor del campo, bajo el argumento de que infringieron leyes ambientales con el proyecto de construcción. Se consideraba que el campo de golf sería una de las obras principales para los Juegos de Río.