El brasileño Marcos Kwiek, entrenador de la selección dominicana de voleibol, es uno de los grandes artífices del «largo paso hacia adelante» que la República Dominicana dio en el Campeonato del Mundo femenino que estos días se disputa en Italia.
Con su clasificación para la tercera ronda del torneo, en la que seis equipos se miden -divididos en dos grupos- por el pase a las semifinales, el combinado dominicano superó el undécimo puesto conseguido en el año 1998, aunque, tras su eliminación, Kwiek mantiene una actitud inconformista.
«Podemos sacar más de este equipo y lograr grandes cosas», comentó en una entrevista a EFE. «Si salimos de aquí entre los cinco o seis mejores, dar un paso adelante significa luchar por las medallas. Ahora no podemos dar marcha atrás», apuntó.
«Nuestro presupuesto es absolutamente inferior a los veinte primeros países del ránking mundial, pero no estamos detrás de ninguno en ganas ni en sed de trabajo. Las jugadoras, de hecho, tienen ganas de más.»
