El pasado 20 de junio los Mets de Nueva York estaban a nueve partidos del primer lugar de la División Este de la Liga Americana con cinco juegos por debajo de .500 y no se vislumbraba que podrían tener chance de avanzar a postemporada. Ese día designaron a Phil Regan como coach de pitcheo y la historia ha cambiado.
Regan asumió el equipo con 4.67 de efectividad, 20ª en las Mayores, y uno de los peores promedios de carreras limpias en la historia de la franquicia. El cuerpo de relevistas, en particular, había tenido una actuación por debajo de lo esperado, con una efectividad de 5.38, la 28ª de la Gran Carpa.
El veterano Regan, que regresa esta próxima temporada invernal con esas mismas funciones con los Toros del Este, empezó a hacer ajustes con los lanzadores y el cambio ha sido radical.
Desde la pausa del Juego de Estrellas, los Mets tienen récord de 21-8, el mejor en las Grandes Ligas y la efectividad de sus abridores desde que tomó las riendas también ha sido la mejor de los 30 equipos.
Ahora, el promedio de carreras limpias de los lanzadores de los Mets ha bajado a 4.40, una mejoría que los coloca en el puesto 14 entre todos los equipos. En la segunda mitad de temporada, solo los Dodgers de Los Angeles (2.96) y los Indios de Cleveland (3.00) han tenido una mejor efectividad colectiva que los Mets (3.01).
En la pasada temporada con los Toros, Regan, a sus 82 años, hizo algo muy parecido con la franquicia naranja, ayudando a que el club avanza a postemporada y posteriormente a la final.
Con Regan a la cabeza, la efectividad colectiva de los Toros bajó de 3.65 a 2.80 en la Serie Regular, en un trayecto de 141 innings lanzados. En el Round Robin el promedio de carreras limpias estuvo en 3.20 y en general, entre Regular y Todos Contra Todos, la marca del club desde su llegada fue de 18 ganados, 15 perdidos con efectividad de 3.02.
Regan fue dirigente en cuatro temporadas en la pelota criolla, dos con el Escogido (1987-88, 1988-89) y dos con los Azucareros del Este (1985-86, 1995-96), coronándose como campeón en sus dos campañas con los Leones y ganando también la Serie del Caribe en 1988.
