Oscar Figueroa, después de varios meses de lesiones, problemas judiciales e incertidumbre, el pesista dio rienda suelta a la emoción al conquistar el lunes el primer oro de Colombia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en pesas en la categoría de 62 kilos.
Figueroa venia de pasar momentos difíciles. En enero fue operado de dos hernias lumbares. En junio fue condenado a 16 meses de prisión -si bien pudo salir en libertad condicional- tras declarársele culpable de denunciar un falso robo de un automóvil.
Figueroa explicó que se quitó los zapatos cuando fue coronado campeón porque se sintió conmovido por el momento y sentía que era la forma de cerrar su exitosa carrera. «Ya prácticamente me voy a retirar. Por eso me los quité, por la emoción. Había buscado esto tantos años y quería retirarme con una presea dorada».
Pero indicó que es posible que reconsidere la decisión. «Lo voy a pensar para ver si sigo en Tokio 2020. Creo que todavía tengo mucho camino por recorrer. El peso de Colombia se siente. Yo creo que todo mi país lo está disfrutando».
El presidente colombiano Juan Manuel Santos celebró la victoria tras ver a Figueroa consagrarse campeón por televisión en su despacho en Bogotá.
Totalizó 318 kilos, 142 en el arranque y 176 en el envión, para superar al indonesio Eko Irawan (plata) y el kazajo Farkhad Kharki (bronce).