Un año después de que Dustin Johnson se le escapara el U.S. Open en Chambers Bay, logró colocarse en la punta de la tabla de líderes el viernes en Oakmont.
Johnson estuvo inmaculado del tee al Green durante una maratónica jornada de 36 hoyos y con un nivel que lo coloca como uno de los favoritos. No tuvo bogeys en su ronda inicial de tres bajo par, 67, y perdió únicamente un golpe durante su tarjeta de 69 que finalizó justo mientras sonaba la sirena que decretó el final de la jornada debido a la falta de luz.
Johnson terminó con cuatro bajo par, 136, y dos golpes por delante de cualquiera de los jugadores que completó la segunda ronda luego de las demoras por lluvia.
Más importante que sus golpes largos, una de las principales virtudes de Johnson es su corta memoria. Ya dejó ir oportunidades en los cuatro Majors, ninguna más devastadora que la del año pasado, cuando estaba a un putt de 12 pies para águila de ganar el certamen, pero realizó tres golpes y quedó uno por debajo de Jordan Spieth.
Andrew Landry logró firmar tarjeta de 66 para empatar en el liderato. Fue la mejor ronda inicial entre los 10 Majors que se han disputado en Oakmont, con lo que superó la marca previa que compartían Ben Hogan y Tom Watson.
Landry también se convirtió en el primer jugador en 30 años en tener la punta en solitario luego de disputar su primera ronda en un U.S. Open.