Takuma Sato ganó el domingo las 500 Millas de Indianápolis, para dar a la escudería de Michael Andretti su segundo triunfo consecutivo en la reputada carrera, que esta vez resultó sumamente accidentada.
Los pilotos de Andretti han conquistado la Indy 500 tres veces en los últimos cuatro años. En 2016, fue el novato Alexander Rossi quien se llevó la victoria.
Esta vez le tocó el turno a Sato, quien se incorporó al equipo apenas en esta campaña y quien no figuraba entre los protagonistas en el Indianapolis Motor Speedway, dado que el número de participantes de Andretti para esta competición se amplió a seis, con la incorporación de Fernando Alonso.
El español Alonso se ausentó del Gran Premio de Mónaco en la Fórmula Uno a fin de probar suerte en las 500 de Indianápolis.
Alonso brindó un espectáculo emocionante y tuvo la delantera durante 27 vueltas -la tercera mayor cantidad en la carrera.
Pero el bicampeón de la F1 terminó retirándose por un problema de motor, a 20 vueltas del final.
Las escuderías que usan motores Honda han tenido una clara ventaja sobre los Chevrolet. Sin embargo, el motor del fabricante japonés ha tendido a presentar fallas.