Le tomó 19 visitas a Augusta pero Sergio García demostró finalmente las virtudes necesarias para ganar un major. Y como evidencia de ello, podrá colgar en su armario un saco verde.
El español necesitó desplegar su mejor golf casi en cada golpe durante la última hora, y se sobrepuso a una desventaja de dos impactos con seis hoyos por disputar. Terminó superando a Justin Rose en un hoyo de desempate, y se coronó el domingo en el Masters de Augusta, el primer major de su carrera.
Ningún golfista en la historia había jugado más majors como profesional -70- antes de ganar uno por primera vez.
García exorcizó los demonios y disipó las dudas con dos grandes momentos en los par 5. En uno salvó el par luego de declarar una bola injuhable y en otro consiguió un eagle.
Cerró con una tarjeta de 69 golpes, tres debajo del par.
Pero las cosas no se pusieron fáciles para «El Niño» sino hasta que Rose envió su «drive» a los árboles en el desempate, disputado en el hoyo 18. El británico no pudo rescatar par a unos 15 pies.
García, de 37 años, necesitaba 2 putts para ganar pero acertó en primero y con un birdie cerró con broche de oro su primera chaqueta verde, convirtiéndose en el tercer español que gana el Masters, se unió a José María Olazábal y a Seve Ballesteros.
Curiosamente, triunfó en el día en que el fallecido Ballesteros hubiera festejado su 60mo cumpleaños.
Permitió que una ventaja de tres golpes desapareciera con tres birdies seguidos de Rose en el cierre de los primeros nueve hoyos.
Empatados de cara a los últimos nueve, García se rezagó inmediatamente a dos impactos, con dos tiros que dejaron la pelota al pie de los árboles.
Rose estuvo en posibilidades de definir en el 13, par cinco, cuando el tiro de García se perdió en un arbusto. Se le penalizó con un golpe para salir de ahí, y dejó su tercer tiro a unos 89 metros del green.
Rose tenía la oportunidad de ampliar su delantera a cuatro golpes.
Y todos pensaron que el final estaba cerca. El propio García había dicho en un momento de autocompasión, que no tenía lo necesario para ganar un major. En cuatro ocasiones quedó segundo. Era su tercera vez jugando en el grupo final.
Pero de pronto, la suerte comenzó a sonreírle.
Usó el wedge y salvó el par. Rose falló el putt para birdie.
La diferencia permaneció en dos golpes pero no por mucho tiempo, García se anotó un birdie en el 14 y un eagle en el 15.
En el 18, Rose desaprovechó su oportunidad. García, con la posibilidad de resolver, falló un putt de metro y medio (cinco pies), con lo que hubiera obtenido un birdie.
Se hizo necesario el desempate. Ambos golfistas volvieron a jugar el 18, y Rose se metió en problemas con su tiro de salida. Debió ingeniárselas para enviar la pelota hacia el green desde detrás de una magnolia gigantesca.
Falló un putt de unos cuatro metros (14 pies) que le hubiera permitido salvar el par y ejercer algo de presión del español.
No importó al final, pues García atinó y cambió un destino al que él mismo se había resignado hace poco.