Jon Jones negó haber utilizado fármacos para mejorar el rendimiento, después que un resultado positivo en un control antidopaje lo marginó de la pelea estelar en la cartelera UFC 200 del sábado.
El campeón interino semicompleto de la UFC no pudo contener las lágrimas en una conferencia de prensa organizada a toda prisa el jueves, un día después que se canceló su segunda pelea contra Daniel Cormier.
«Jamás utilizaría algo que me otorgue una ventaja», dijo Jones. «Me lastima más que cualquier otra cosa en mi carrera que me cataloguen como un tramposo».
El manager de Jones, Malki Kawa, dijo que el peleador recibió una notificación de la agencia estadounidense antidopaje sobre una posible violación con respecto a sustancias para mejorar el rendimiento. Solicitaron a la agencia que analice la segunda muestra de Jones, y Kawa espera tener los resultados más tarde el jueves, aunque sin muchas esperanzas de un resultado distinto.
Jones y Kawa rehusaron identificar la sustancia detectada en el sistema de Jones, aunque Kawa indicó que «podría» estar relacionada con un suplemento nutricional.
«Ni siquiera puedo pronunciarlo. Jamás lo había escuchado», dijo Jones.
Jones abandonó brevemente la conferencia de prensa al no poder contener las lágrimas.
El peleador aseguró que ha utilizado los mismos suplementos durante la mayoría de su carrera, y dijo que no tiene idea por qué el control del 16 de junio arrojaría una violación después que superó otros siete controles este año. Jones ha tenido historial de uso de drogas recreativas, aunque siempre ha expresado su oposición a las sustancias para mejorar el rendimiento en las artes marciales mixtas.
Jones, que cumple 29 años este mes, podría ser suspendido por varios años por dopaje. Apenas ha peleado cuatro veces desde septiembre de 2013.
Jones arrojó positivo a cocaína poco antes de vencer a Cormier en su primera pelea en 2015. Sin embargo, le permitieron pelear porque la sustancia no estaba prohibida en controles fuera de competencias por la comisión atlética de Nevada.